El control de esfínteres es un tema muy delicado e importante en el crecimiento de tu hijo, lo importante es no apresurar este proceso para obtener buenos resultados.

Existe una confusión bastante extendida sobre el tema de dejar los pañales. Muchas mamás creen que es algo que pueden enseñarles a sus hijos. La realidad es que para que un niño pueda dejar los pañales tiene que tener la suficiente madurez física, madurativa y psicológica. Si no, por más paciencia y pedagogía que invierta la madre en el intento, terminará en un rotundo fracaso y –peor aún– podría acarrear consecuencias para su hijo en el futuro. El control de esfínteres no se aprende: se adquiere.
Por esto, es que se trata de un proceso natural donde no hay que apresurarse para conseguir buenos resultados. Generalmente los niños a los 2 años de edad comienzan a tener percepción de los deseos de hacer pipí o caca, pero el momento justo es muy variable, el que puede ir desde los 18 meses hasta incluso los tres años en algunos casos.
En este proceso hay tres etapas evolutivas que son cruciales: la primera es cuando el niño avisa cuando ya se hizo, la segunda es cuando lo dice cuando se está haciendo, y finalmente cuando avisa que se está por hacer.
De acuerdo a los especialistas, lo mejor para ir dejando los pañales es comenzar con el control de orina, por lo que en la primera etapa lo mejor es tener mucha paciencia y nunca castigarlos por no lograr la continencia. Cuando diga que se hizo, cámbielo, felicítelo por avisar y luego cuando lo cambie muéstrele que tira el pañal sucio y salúdelo alegremente para que no piense que es algo malo o feo.
En la segunda etapa no vaya corriendo al baño y lo desvista intempestivamente, por el contrario déjelo solo y tranquilo, dele confianza y luego cámbielo como lo hizo en la primera etapa.
Finalmente, en la tercera etapa, con el tiempo vaya pidiéndole que le avise antes, y muéstrele la pelela o el inodoro adaptado para su comodidad. Cuando avise que está por hacer vaya rápidamente al baño y siéntelo para que haga, luego como antes despida alegremente los desechos.
Recuerda, nunca lo retes sí es que algún día vuelve a la etapa anterior, ni tampoco dejarlo sentado en la pelela en el living mientras ve televisión porque así no le enseñarás que debe ir al baño para hacer sus necesidades.
SIGNOS PARA DARTE CUENTA QUE TU HIJO YA ESTÁ LISTO PARA DEJAR LOS PAÑALES
Si bien, como ya explicamos, no hay un momento igual para todos los niños para dejar los pañales porque es un camino individual por el que deben avanzar, lo cierto es que uno puede advertir ciertos signos que nos indican que ya podemos empezar a sacarle los pañales a tu bebé.
Acá te contamos los más importantes:
– Tu hijo se mantiene seco por períodos más largos de tiempo, es decir dos o más horas. Esto quiere decir que su capacidad de control aumentó.
– Tu hijo se da cuenta cuando necesita ir al baño. Si tratas de apurarlo antes de que él se de cuenta sólo puede traer problemas, recuerda que ¡no hay que apurar los tiempos naturales!
– Cuando es capaz de bajar y subir sus pantalones por su cuenta. Antes no sentía esta necesidad, pero ahora que está cambiando está aprendiendo y se da cuenta que hay que hacerlo.
– Cuando tu hijo es capaz de seguir instrucciones. Hay varios pasos que hay que seguir cuando uno va al baño: prender la luz, bajarse los pantalones y la ropa interior, sentarse en la pelela, limpiarse, lavarse las manos…
– Cuando puede sentarse y concentrarse en una misma actividad por un determinado tiempo sin distraerse ni enojarse.
– Es importante que tu hijo pueda caminar y correr correctamente. Ya que el baño no siempre está en un lugar accesible y tiene que poder correr antes de que ocurra un accidente.
– Finalmente, uno de los signos más importantes: que tu hijo tenga ganas y muestre interés por el tema. Que quiera estar seco y limpio todo el día, que quiera usar “ropa interior de grandes”.
A su vez existen pasos que son característicos en los niños y que marcan el inicio al cambio.
1° Tu hijo te avisa que está sucio y que ya se hizo encima.
2° Tu hijo te avisa que lo está haciendo.
3° Tu hijo logra anticiparse y te cuenta que quiere o que va a hacerlo.
4° Tu hijo logra contenerse y te cuenta que quiere hacerlo.
Recuerda que la edad no es lo más importante, no te preocupes si piensas que ya está grande. No olvides que todo va a su tiempo y este proceso va a ocurrir cuando tu hijo esté listo física y emocionalmente.