El paso de la cuna a la cama es una transición necesaria en el desarrollo del bebé porque es señal de que está creciendo. Lo importante es escoger el momento más adecuado y acá te damos algunos consejos que facilitarán el cambio al niño.

Pasar de la cuna a la cama es una etapa clave para cualquier niño. Aunque no hay una edad concreta para hacer el cambio, por lo general se considera que ya a los dos años son una época muy buena para que tu hijo estrene su nueva cama, aunque algunos padres creen que el mejor momento es cuando el niño es capaz de ir al baño solo.
Lo que sí, de acuerdo a los expertos, un momento erróneo para trasladar el lugar de descanso del niño es en la llegada de un hermanito, pues eso por sí sólo es ya es un cambio demasiado importante como para añadirle otro, aunque a los niños que nacen en segundo o tercer lugar les cuesta menos adaptarse al cambio porque tienen al hermanito mayor como ejemplo y quieren ser como él.
Como no es un proceso que esté determinado por una edad precisa, la decisión de cambiarlo a una cama se hace muy difícil. De hecho la decisión muchas veces es tomada cuando los padres ven que la cuna le va quedando chica al bebé, otras veces, es el propio niño el que manifiesta que quiere cambiarse aunque sí esto pasa esto suele hacerlo alrededor de los tres años.
Muchos padres también sacan a su hijo de la cuna por una cuestión de seguridad, pues temen que salte la barandilla. Éste no debería ser el único motivo, ya que si el niño no está preparado para dormir en la cama, el cambio sería incluso más peligroso: podría entrar y salir de la cama a su antojo y caminar por la casa sin control mientras todos duermen, lo que claramente sería muy peligroso.
Si esto ocurre, lo mejor es bajar el colchón de la cuna lo máximo posible, de manera que las barandillas queden más altas y el niño la tenga más difícil para saltar o bien también pueden colocarse unas redes o mallas para cunas que se fijan con velcros a las barandillas, creando una especie de toldo que mantiene al bebé seguro en su cuna.
CÓMO HACER MÁS FÁCIL EL CAMBIO
Para facilitar la transición al niño, es recomendable tener en cuenta unos consejos prácticos:
- Mientras sigue durmiendo por la noche en su cuna, hay que dejar que el niño juegue o duerma la siesta en la cama, esto permitirá que se sienta más seguro en ella.
- Explicarle los motivos del porque tiene que dormir en una cama, valorando siempre su crecimiento y su tamaño.
- Lo ideal es colocar la cama en el mismo lugar donde estaba la cuna.
- Mantener en la nueva cama alguna frazada o mantita de la cuna para fomentar la seguridad del niño a través de “lo viejo conocido”.
- Colocar una barandilla o barrera protectora en la cama para evitar que se caiga al suelo si se mueve mucho por la noche, lo que sí la barrera debe tener un lugar libre para salir y entrar por si el niño quiere ir al baño.
- Dejar que escoja el modelo de cama, las sábanas y por sobre todo el cubrecama . Puede elegir el color o el estampado con su personaje favorito, incluso la cama puede tener la forma de un coche, un tren…
- Una buena idea es que se puede celebrar el “día del cambio de cama” para motivar al niño y recordarle que se “hace mayor”.
- Dejar que duerma con su peluche, mantita o el juguete con el que dormía en la cuna.
- Mantener un hogar seguro y no dejar nada peligroso en el camino, ya que el niño es capaz de levantarse y deambular por la casa a sus anchas.