Trabajo en un centro de avance cognitivo y sensible donde se aplica la teoría de la Modificabilidad Cognitiva Estructural, del instructor Reuven Feuerstein.
Es frecuente localizar a pequeños que no tienen la capacidad de determinar el inconveniente que tienen. En verdad, creen tener un problema en el momento en que de todos modos tienen otro diferente.
Por servirnos de un ejemplo, recuerdo a una pupila que se quejaba por el hecho de que su madre le alzaba cada mañana con chillidos y prisas. no comprendía por qué razón. Se sentía tratada inmerecidamente (¿qué había hecho ello a fin de que su madre solamente levantarla ahora estuviese enojada con ?), sentía rencor hacia y celos hacia su hermano al que alzaba con una sonrisa.
Y supuestamente, si este era el inconveniente, llevaba razón. Existía un trato diferencial y eso impropia a alguno. Pero en la verdad, el inconveniente era otro. Mediando con , haciéndole cuestiones y repasando hechos pasados, mi pupila valoró su una parte de compromiso en el accionar de su madre.
En el momento en que un fallo se reitera hasta la saciedad
Se percató de que de forma frecuente se acostaba muy tarde y dormía poco. Además de esto, se acostaba pendiente del wassup y no dormía ahora como antes de tener el móvil inteligente. Tampoco se organizaba la mochila del día después, algo que debía llevar a cabo en el momento en que su madre la despertaba y , fatigada por reposar poco y con baja calidad, no era con la capacidad de levantarse. Ni a la primera, ni a la segunda ni a la tercera.
Como es natural, no tenía solamente tiempo de llevar a cabo todo cuanto hay que realizar antes de comenzar el instituto. Desayunaba poco y mal, y su madre se volvía a enojar. Retrasaba a toda la familia.
Resultado: su madre ahora la despertaba enojada pues auguraba el desastre que día a día se repetía en el momento de ir al instituto. Todo eran prisas, castigos y recriminaciones.
Con su hermano era distinto el trato ya que sabía planificarse y eludir el caos temporal y espacial que padecía cada despertar, con lo que la comunicación y el trato con su madre eran distintas.
¿De qué forma va un individuo a arreglar un inconveniente si no sabe identificarlo? ¿Si traslada la compromiso de sus actos a terceras personas? ¿Si no es con la capacidad de hallar el fallos y subsanarlos?
La contestación está en el avance cognitivo.
Nuestro accionar está preciso por nuestro pensamiento y este se funciona por distintos operaciones mentales, de mayor o menor dificultad: análisis, síntesis, clasificación, identificación, razonamiento transitivo, representación mental…
Estas operaciones mentales, en mayor o menor medida, son observables. Pero lógicamente, no todos las usamos de esta manera. Frente a un mismo estimulo o situación, actuamos de diferente forma en dependencia de nuestras peculiaridades personales, de nuestros talentos, conmuevas y más que nada, nuestras habilidades cognitivas.
Estas funcionalidades cognitivas, que no son observables sino más bien de peculiaridades sicológicas, son los prerrequisitos del pensamiento, de las operaciones mentales. La efectividad de las operaciones mentales es dependiente en mucha medida de la presencia y desempeño de estas funcionalidades cognitivas.
En resumen: nuestro accionar es dependiente del buen desempeño de nuestras funcionalidades cognitivas.
Volviendo al caso de mi pupila, probablemente ese inconveniente crónico, que no lograba solucionar por mucho que lo procuraba, vendría preciso por ciertas funcionalidades cognitivas deficientes:
- No tenía bien definida la aptitud de sentir el inconveniente de manera clara y precisa.
- Imprecisión y también inexactitud al catalogar la información.
- Contrariedad para distinguir los datos importantes de los poco relevantes.
- Estrechez del campo mental.
- Percepción episódica de la verdad
- Contrariedad para marcar hipótesis.
- Contrariedad en la conducta sumativa.
¿De qué manera contribuir a detectar el inconveniente y por consiguiente a buscar la solución? ¿De qué manera contribuir a desarrollar las funcionalidades cognitivas deficitarias?
Entre las formas que hay para desarrollar no solo las funcionalidades cognitivas, sino más bien para mediar con el propósito de promover el método de nuestros hijos y su autovaloración es aprendiendo a realizar las cuestiones exactas. O sea mediar con nuestros hijos.
- ¿Cuál piensas que es el inconveniente?
- ¿Por qué razón piensas que tu madre te lúcida cada día enojada?
- ¿Por qué razón está enoja contigo y no con tu hermano?
- ¿Está tu madre tan enojada en el momento en que es sábado o domingo?
- ¿De qué forma reaccionas en el momento en que te chilla?
- ¿Qué sientes? Y , ¿de qué manera piensas que se siente en el momento en que se levanta de la cama y se dirige a tu cuarto para despertarte? ¿Qué piensas que piensa en ese instante?
- ¿Qué fundamentos te ofrece en el momento en que te enseña su enfado?
- ¿Piensas que puede estar enojada por algo que hubieses hecho o dicho antes? ¿Y el día previo?
- ¿Piensas que puedes realizar algo a fin de que tu madre te despierte del mismo modo que lúcida a tu hermano?
- ¿Se enfadaría igual si te levantaras a la primera?
- Si no haces nada para mudar esta situación, ¿piensas que se arreglará el inconveniente?
- ¿De qué manera te sentirías si pudieses mudar tu forma de despertarte? ¿De qué manera te agradaría llevarlo a cabo?
- ¿Por qué razón piensas que no tienes fuerzas para levantarte por la mañana? Propón resoluciones para no acostarte tan tarde.
- ¿Qué piensas que ocurriría si te acostases apagando el móvil inteligente? ¿De qué forma afectaría eso a tu relación con el resto? ¿Arreglaría en algo la situación con tu madre?, etcétera…
Realizando cuestiones talmúdicas, esta pequeña es con la capacidad de determinar con precisión el inconveniente, conocer el patrón de actuación que está ocasionándole dicho inconveniente y comprender la posición de su madre y la relación con su accionar. En ese instante está lista para buscar la mejor estrategia y entonces tomar una aceptable resolución. ¡Está consiguiendo una sabiduría maleable!
O sea avance cognitivo apoyado en la mediación. Y en la emoción y concepto. Hay intermediarios natos, que no saben que lo son. Y otros que precisan capacitación y entrenamiento. Si este es tu caso, busca los elementos a tu alcance para estudiar a mediar (libros, talleres…) por el hecho de que no hay procedimiento mucho más eficiente, eficaz y respetuoso de intervenir en la educación de nuestros hijos.
Elena Roger Gamir
Pedagoga