Hijo caprichoso: Consejos para enseñarle a distinguir necesidad y capricho

Niños caprichosos, son el resultado de nuestra enseñanza y no poner límites.

Niños caprichosos, son el resultado de nuestra enseñanza y no poner límites.

“Lo deseo” o “lo necesito” son las expresiones preferidas de nuestros hijos. A los 4 años y a los diecisiete pueden ser muy caprichosos. Tienen un talento particular para transformar la adquisición de un par de pantalones de marca en una urgente necesidad o la tablet de chocolate en un tema de vida o muerte.

Educar a nuestros hijos a distinguir lo realmente preciso de lo accesorio no es solo un tema educativo. No solo un tema ético o de valores. Asimismo es un tema cognitivo, intensamente entrelazado con la aptitud de regular nuestro accionar o la planificación y logro de objetivos.

Tienen que tener la aptitud de distinguir entre datos importantes y no importantes, interiorizar su accionar, empleo de razonamiento lógico, pensamiento hipotético, clasificación, comunicación descentralizada, conducta dominada…un sinnúmero de capacidades cognitivas que les asisten a postergar la gratificación instantánea y poder tomar una resolución fundamentada en la reflexión y no en la reactividad y las apetencias que lo transforman en un hijo caprichoso..

Es esencial pues aprenden a:

Frente a un capricho, ¡pregunta!

En el momento en que tu hijo comprende la diferencia entre capricho y necesidad, puedes mediar con realizando cuestiones clave que le asistan a pensar sobre la característica de esa necesidad.
Amolda las cuestiones a la edad madurativa de tu hijo y escoge el instante por el hecho de que en medio de una rabieta o desafío va a ser bien difícil que las escuche.

  1. ¿Piensas que esto lo precisas o es un capricho?
  2. ¿Por qué razón lo crees?
  3. ¿Por qué razón lo deseas?
  4. ¿Qué sucedería si no pudieses poseerlo?
  5. ¿De qué forma afectaría esto a tu vida?
  6. ¿Afectaría a mucho más personas?
  7. ¿Qué es lo malo que podría acontecer si no lo consiguieras? ¿Eso es tan esencial?
  8. ¿De qué forma te sentirías?
  9. Si no pudieses poseerlo en este momento, ¿piensas que lo seguirías deseando en tres meses?
  10. Entonces, en tres meses, ¿sería necesidad o capricho?

¿De qué forma enseñarles a distinguir entre el capricho y la necesidad?

  1. Toda vez que tus hijos deseen algo que estimes que es un capricho, diles que lo escriban en una lista de “Cosas que deseo y no puedo tener en este momento”: Esto puede aguardar un poquito mucho más; escríbelo en tu lista y en el momento en que poseas dinero ahorrado, en el momento en que sea tu cumpleaños, Navidad…volveremos a ojearlo y adquiriremos el que mucho más ilusión te lleve a cabo. Lo mucho más seguro es que con el pasar de los años esa necesidad reduzca y llegado el instante por el momento no lo deseen. Es entonces el más destacable instante para charlar con sobre la diferencia entre necesidad y capricho.
  2. Explícale, amoldado a su edad, la diferencia entre capricho y necesidad. La comida es una necesidad pues no tenemos la posibilidad de vivir sin no obstante ese juego de computador puede hacerte mucha ilusión pero no es requisito para vivir. Haz 2 listas con tu hijo de las cosas que considera necesidad y capricho. Hazle cuestiones a fin de que exactamente el mismo reflexione y, con el método previo, las recoloque en la lista correcta: ¿Exactamente en qué lista ubicamos tres sudaderas? ¿Y el pastelito de la mañana? ¿Qué opinas de tener un hogar? ¿Y el cariño de los abuelos? ¿Están al mismo nivel?
  3. Dale ejemplo. Explícale que llevar a cabo la lista de la adquisición, no solo te asiste para que no se te olvide nada sino más bien más que nada como guía para no comprar cosas prescindibles. Mejor si haces la lista de la adquisición con tu hijo: Mañana es tu cumpleaños y vamos a hacer un pastel. ¿Piensas que los huevos son un capricho o una necesidad? Solo disponemos dinero para una cosa mucho más, ¿qué piensas que es mucho más preciso, la harina o unas aceitunas?… Le enseñas planificación, autocontrol y preferencias.
  4. En relación tengan la edad y la compromiso de conducir el dinero, ayúdales a que se lo ganen con algún trabajo plus. Con su dinero es mucho más simple enseñarles esta disparidad.
    Proporciónale tres pequeñas cajas para repartir su dinero: COMPARTIR, AHORRAR y GASTAR. De forma muy visual, empezará a distinguir entre la necesidad y el capricho, estableciendo preferencias: mayor carga económica en la caja de ahorro y distintas porcentajes para el resto de las cajas, sabiendo asimismo las pretensiones del resto.
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