Le entra por un oído y le sale por otro. ¿Qué hago a fin de que mis hijos me escuchen?

A veces, lo que les mencionamos a nuestros hijos les entra por un oído y les sale por el otro. No deja cambio en . No les perjudica lo que les mencionamos. Para somos un disco rayado que reitera y reitera siempre y en todo momento lo mismo o, peor aún, entendiendo cosas muy dispares a las que deseamos que comprendan.
¿De qué forma incidir en nuestros hijos? ¿De qué manera hacer un encontronazo en ? ¿De qué manera hacer una modificación cognitiva? ¿Que realizar a fin de que aprendan? ¿Qué realizar a fin de que nos escuchen DE VERDAD, responsablemente?

Según Reuven Feuerstein, creador de la teoría de la Modificabilidad Cognitiva Estructuraluna interacción triunfadora con  nuestros hijos es aquella que lleva a cabo en su aptitud para confrontar al planeta, sus facultades operativas. Cualquier experiencia que les brindemos, cualquier palabra que les dirijamos, aun cualquier mirada que les regalemos debe transformarse en una Experiencia de Estudio Mediado (EAM).

¿Deseas que tus hijos te escuchen? ¿Deseas que tus hijos se alteren?

Si deseamos que nos escuchen y que aparte de escucharnos alteren su desarrollo de pensamiento debemos intervenir sabiendo numerosos criterios de mediación. Reuven Feuerstein distingue 12 criterios pero les voy a explicar los tres universales, sin los que no existe la Experiencia de Estudio Mediado:

Intencionalidad-reciprocidad


Tienes que saber como es el propósito con tu hijo, cosa que no es muy visible muchas veces, y comunicar tus pretenciones con en un desarrollo mutuo.
Trabajo con varios progenitores con hijos con TDAH o simplemente hijos desafiantes. Frente a un desafío de su hijo, frente a la agresividad en sus formas y sus expresiones, los progenitores se centran en la ofensa en el momento en que de todos modos la meta más esencial es su falta de autocontrol. Lo esencial es mediar con  para asistirle a que tome conciencia de esa impulsividad, de sus experiencias y su estado interior. Y asistirle a que se implique en la experiencia de estudio.
Supone escoger, hacer y enseñar los estímulos a tu hijo de tal modo que logre asimilarlos y que tenga conciencia de lo que haces y por qué razón si bien no en todos los casos lo comparta.

Nuestro propósito ha de ser hacer una relación de reciprocidad de tal modo que se involucre en su cambio, para ofrecer sitio a la metacognición:

«Si en este momento andas mucho más traquilo, podríamos charlar de lo que ocurrió hace unos minutos. ¿Te has dado cuenta de de qué forma comenzó todo? ¿Exactamente en qué instante piensas que has dejado de supervisar? ¿Podríamos haber reaccionado los 2 de otro modo? Explícame de qué forma te agradaría que hubiese reaccionado. ¿Qué secuelas piensas que causó tu resolución de accionar de este modo? ¿Has logrado lo que deseabas?…»

En un caso así el propósito frente a la impulsividad de tu hijo ha de ser enseñarle autocontrol (y no penalizar la ofensa) y   debe comprender tu propósito para llevarlo a cabo de el asimismo.  La intervención, si tu propósito es instruir autocontrol, debe radicar en ser modelo de autocontrol y no solo corregir el inconveniente preciso.

Tengo tres hijos. Para cada uno de ellos tengo un fin preciso: para el mayor, que sea responsable de su salud. Para el mediano, autonomía. Para el pequeño, autocontrol.
Es tal y como si para cada uno de ellos tuviese unas lentes con un filtro incorporado: todas y cada una mis intervenciones con van filtradas por estos objetivos customizados. Mi comunicación, mis tácticas educativas y mi actitud hacia es dependiente completamente de estos objetivos y saben en todos y cada instante qué pretendo cambiar con mi intervención lo que provoca que mi mediación tenga mucho más opciones de éxito puesto que hay importantes vínculos entre , en un caso así al comunicar objetivos.
Cada uno de ellos tiene un trato diferente pues cada uno de ellos tiene objetivos y pretensiones distintas. Y este principio es recibido y compartido por , lo que provoca que entre no haya rivalidad.

Trascendencia


La trascendencia piensa ver alén de las pretensiones repentinas para generalizar los aprendizajes en otras ocasiones. Tu intervención ha de ser mucho más ambiciosa y no centrarse solo en el presente sino debe esperar que lo aprendido logre aplicarlo tu hijo más adelante.

Trascendencia= elasticidad de pensamiento. 

Recuerdo un alumno de 8 años que cada día se encaraba con exactamente el mismo inconveniente: adecentar con calidad la enorme mesa del comedor de su casa (2m x 1,5m). Toda vez que la limpiaba, la mayoría de las ocasiones ignorando máculas y restos de comida, su madre se lo hacía reiterar múltiples ocasiones.
Un día me comentó que detestaba a su madre, exactamente por el hecho de que siempre y en todo momento «le fastidiaba» con la excelencia de sus tareas. Le ayudé a determinar el inconveniente (el inconveniente no era su madre, como afirmaba, sino más bien su mala ejecución) y le animé a buscar tácticas para terminar al inconveniente de la mesa. Inventó múltiples tácticas pero la de mayor éxito fue dividir la enorme mesa en 6 partes iguales. Con la área limitada le era mucho más simple adecentar advirtiendo fallos. Además de esto eso le dejó revisar (algo que no hacía antes) todos los segmentos.

El primero de los días tardó 10 minutos en adecentar la mesa pero en este momento solo tarda 30 segundos en llevar a cabo con calidad absoluta su trabajo. Y esta estrategia la ha popularizado a otras áreas: adecentar sus zapatos, realizar su cama, almacenar su ropa, dividir inconvenientes enormes en pequeños e inclusive estudiar. En este momento usa la agenda por el hecho de que es una forma de «dividir» su trabajo escolar como hacía con la mesa.

Concepto


Ninguna intervención es operativa si no se acompaña de pasión. El concepto es la energía que acompaña a tu intervención, a tus expresiones, a tu mirada o a tu silencio. No hay estudio si nuestro hijo no halla el sentido, el motivo y se supone emotivamente en .
Toda vez que intervengas con tu hijo, pregúntate si andas imprimiendo valor y energía a eso que haces o afirmas: ¿estoy trasmitiendo la relevancia que tiene esto? ¿estoy trasmitiendo la relevancia que tiene para mi?

Como intermediario tienes que contribuir a tu hijo a buscar nuevos significados a exactamente los mismos hechos pero en diferentes ocasiones. Es con el concepto con los que trasmites valores y ayudas a tu hijo a crear los suyos, sus reacciones y sentimientos.

La mediación del concepto se da tanto a nivel cognitivo como sensible pues entender el concepto de las cosas va a ayudar a tu hijo a preguntarse cosas y a usar formas mucho más resolutivas para los enfrentamientos. Sin concepto no hay intencionalidad ni reciprocidad.

Les voy a poner un caso de muestra. Tiempo atrás fui al cine con mi familia a conocer la película de Tom Cruise «Al filo del mañana» donde Tom Cruise debe confrontar a una invasión extraterrestre. Al comienzo de la película es un hombre cobarde y egoísta y trata de eludir su compromiso. No obstante en el momento en que le fuerzan a ir al campo de guerra sucede algo asombroso: entra en un bucle temporal y, si bien cada día lo matan los alienígenas, por la mañana siguiente empieza exactamente el mismo día, repitiéndose todo precisamente. Esto le deja cada día advertir fallos, buscar resoluciones y naturalmente socorrer al planeta.

Al finalizar la película se encontraba conmovida de la trascendencia del razonamiento: fallos, resoluciones, elecciones, tácticas, ocasiones, modificabilidad… No obstante para fue una película de aventuras sin más ni más estudio. En vez de argumentar mi criterio y intentar sacar el jugo de la película con cuestiones estratégicas me reservé la experiencia para aplicarla de forma exclusiva con mi hijo pequeño (17 años), con el que había tenido una situación critica el día previo, situación que se encontraba sin cerrar todavía.
Ahora en cama, durante la noche, me aproximé a y le dije: «me encantaría ser Tom Cruise, tengo muy claro que cosas haría de otra forma, comenzando por ayer. Si tu fueses  y pudieses empezar cada día  logrando corregir los fallos, ¿como sería tu día mañana? No me respondas, piénsalo…»
Por la mañana al levantarse la primera cosa que logró es venir a mi cama a darme un enorme abrazo con beso incluido (¡muy raro!)… No sé lo que ese abrazo significaba pues no me lo explicó pero sé que se encontraba relacionado de manera directa con mi pregunta y con el concepto que le dio. 

Hay otras criterios de mediación como la regulación u control del accionar, la mediación de la rivalidad, la búsqueda, planificación y logro de los objetivos, de esta manera hasta 9 mucho más, pero eso va a ser objeto de otro producto.
Ahora les dejo con una escena de una magnífica mediación de la película Detachment (El instructor). Podéis ver estos tres criterios en .

Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos.com

¿Pensamos por nosotros mismos? | Escena película Detachment

 

 

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