¿Por qué razón no tienes que ofrecerle prisa a tu hijo?

¿Te imaginas una vida sin prisas? Indudablemente, serias diferente a de qué forma eres el día de hoy…

«Date brío que se termina», «Corre, que vuelan», «¿Serás el último en saber?»…Prisas explícitas en la calle, en nuestro móvil inteligente, en el computador, en la televisión, en el diario, con nuestros amigos… Vale que fuera tengamos prisas y ansiedad pero no vale en el hogar. Este territorio es lo único que nos deja conectar con nosotros. En el hogar, contraindicado tener prisas.

Prisas: un tema esencial para transformar en lema familiar


Haz una asamblea familiar y propón a tu familia adoptar este lema para el resto del año:

“En esta casa no nos agradan las prisas y funcionamos mejor sin . Nos organizamos para llevar a cabo las cosas a su tiempo y con calidad. no mencionamos “DATE PRISA”; en su rincón, mencionamos «ORGANÍZATE MEJOR».

Acércate a sin prisas


Busca los medios para esto. Levantarse antes, ordenar mejor el horario escolar y extraescolar, reposar mucho más, repartir tareas y delegar para equilibrar la carga de trabajo de todos, entablar preferencias… Tus prisas y tu agobio no tienen por qué razón vivirlos asimismo tus hijos.

Les generan bloqueo, sensación de incompetencia y también inseguridad. Y es entonces en el momento en que incoherentemente nos enfadamos con pues se bloquean, son pausados y dubitativos. Es como una serpiente que se muerde la cola por el hecho de que provocamos aquello que entonces deseamos corregir.

Prisas y patrones de pensamiento


Desarrollamos en en unos patrones de pensamiento epidérmicos, que no se fundamentan en la reflexión, en los datos, en la analítica. Son patrones de improvisación, que tienen poco de deductivo o inductivo;  de creativo o discordante. Son patrones que procuran disculpas y responsables; no compromiso y resoluciones.

La improvisación, la elasticidad o accionar por instinto no tienen relación nada con las prisas. Nuestros hijos tienen la posibilidad de estar capacitados para accionar frente a los imprevisibles sin precisar estudiar «en modo prisas».

En verdad, para llegar a la elasticidad cognitiva hay que «amueblar» bien la cabeza de nuestros hijos, empujarlos a planear y vaticinar secuelas. Hay que proporcionarles tiempo para meditar y contestar. Hay que proporcionarles tiempo para continuar su ritmo, quizás mucho más retardado que el tuyo.

¡Bienvenido al planeta de los mayores, hijo!


Tu hijo es un niño. No le enseñes los pésimos hábitos de los mayores. Lo bueno de la educación es que adquieran una higiene mental que le den los elementos precisos para adentrarse de manera exitosa en el planeta hiperexigente de los mayores, con prisas y agobio en todo momento.

No debería haber prisas para ir al instituto, para comer la merienda o ir al parque. Tampoco para regresar del parque o para proceder a la ducha. No debería haber prisas para ir cenar ni para terminar el cuento de la noche. Ni para proceder a reposar.

Si hay prisa es que las reglas no están bien asumidas, o no hay reglas, o están mal establecidas. O no entendemos comunicarlas con claridad. O falla la organización. O sobran ocupaciones. O deseamos que hagan mucho más de lo que tienen la posibilidad de. O no hay preferencias. O no contamos claro la relevancia de la lentitud y la tranquilidad en la vida de nuestros hijos, incluyendo la adolescencia.

Asimismo se adiestra para las prisas


En el momento en que haya prisas, implica a tu hijo en la búsqueda de resoluciones:

  • Mírame a los ojos y escucha con atención, por favor. Te diré algo que quizás no te agrade. El día de hoy solo hay tiempo de ir al parque, no vamos a poder jugar en el hogar. ¿O escoges llevarlo a cabo del revés?
  • El día de hoy disponemos poco tiempo. Si deseas que te cuente el cuento es requisito que entonces te bañes veloz. ¿Lo has comprendido? Reitera lo que he dicho para comprender que lo has comprendido bien, por favor.
  • Hoy iremos retrasados pues hemos ido al médico. No vamos a poder ir al parque pero te puedo contar un cuento o jugar un rato mucho más en la bañera. ¿Qué escoges? Es esencial que lo supongas antes de responder por el hecho de que es lo que haremos.
  • Cada día llegamos tarde al instituto pues no andas listo; desde el día de hoy por el momento no te voy a aguardar. Charlemos y procuremos una solución conjunta, ¿En el momento en que quedamos para charlar?
  • El martes que viene tengo una semana muy dificultosa. Organizaros de tal modo a fin de que no deba esperaros ni un minuto al salir del instituto, por favor. Estáis sobre aviso y confío en nosotros.

De todos modos, las prisas te tienen la posibilidad de ser útil para advertir fatas de organización y para desarrollar método en tus hijos (te invito a leer Enséñale a meditar, no a obedecer).

Nuestros hijos no tienen la posibilidad de llevar el ritmo de un adulto. No tienen la posibilidad de llevar tu ritmo. Es su instante de preparación, de capacitación y estudio. No debemos olvidar esto para reducir el efecto negativo de las prisas que, más allá de que es bien difícil quitarlas, sí es viable supervisarlas a fin de que sean estimulantes y no bloqueadoras.

Elena Roger Gamir
Pedagoga – Solohijos

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