Sin duda uno de los momentos más difíciles en la historia de amor de madre e hijo es el momento en que deben separarse por un período prolongado, por primera vez, ya sea por el retorno de la madre al mundo laboral o porque ya es momento de que el pequeño entre al jardín. De ahí la importancia de pasar primero por un período de adaptación, pues el proceso es difícil para ambos.
Trascurridos los primeros seis meses todo parece marchar bien , los horarios del sueño y amamantamiento están más definidos y comienzan a aparecer los primeros indicios de dentición, pero junto con estos signos de crecimiento también llega, para muchas mujeres, el momento de volver al trabajo y de dejar a los pequeños en manos de una cuidadora o en salas cuna, para hacer este paso más llevadero y te contamos de algunos aspectos que debes considerar.
En algunos casos puede que el bebe recienta el cambio y se ponga un poco agresivo, que grite, pegue, muerda, que haga más pataletas o que esté más dependiente y demandante. Debes saber que estas son reacciones normales en la etapa de adaptación a la sala cuna y que es primordial que madre, padre y todo el sistema familiar se preparen para, durante este tiempo, ofrecer más cariño, más brazos, compartir la cama e incluso algunos que ya se destetaron podrían volver a pedir el pecho. De ahí la importancia de ser pacientes y recordar que es una etapa que va a pasar .
Es posible explicar estas reacciones desde la teoría del apego, es decir, el niño busca su figura de apego, por lo general la madre, cuando se siente amenazado o con estrés y en estos casos la exploración se ve opacada por la búsqueda activa de proximidad y necesidad de ser regulado. Por lo que cuando un niño, sobre todo menor a 3 años (que aún necesita de su figura principal de Apego para regular sus estado afectivos), es dejado en una sala cuna o jardín que, como hemos dicho, puede ser percibido como una amenaza, se le va a obstaculizar la exploración, aprendizaje y juego.
El sistema de apego es como un interruptor en conjunto con el sistema de exploración, entonces cuando el sistema de apego está activado el bebé o niño/a no puede explorar, ahí es muy importante que los padres transmitan la seguridad de que el lugar es seguro, que tanto mamá/papá como las educadoras respetarán sus tiempos de adaptación y estarán disponibles para él o ella en lo que respecta a sus necesidades de regulación emocional.
Pero que tan bueno o malo es enviarlo a la sala cuna
En el instituto Nacional de la Salud Infantil en Bethesda, Maryland, desarrollaron una investigación en la que concluyeron, con certeza, que no es la sala cuna lo que determina el desarrollo de un niño. “Para la sanidad de un bebe, lejos lo más importante es el ambiente familiar, independiente de si ella se queda en la casa o va a un establecimiento especializado”.
No es el hecho en sí de llevar a un bebe a la sala cuna lo que va a ser determinante en sus comportamientos, sino que el punto clave es la actitud de los padres. “Si los papás son seguros y saben cómo manejar a su bebe, no va a influir en el desarrollo de ella el hecho de que vaya a la sala cuna. Si por el contrario, los padres son inseguros e incoherentes en sus acciones, aunque el bebe se quede en la casa el día completo puede ser irritable, llorón y con aparentes problemas”.
Dicho en otras palabras, por ejemplo, un bebe que llora mucho en la sala cuna, lo más probable es que no sea porque está ahí. La sala cuna es sólo el estímulo gatillador, pero la causa real de la conducta la genera la interacción con los padres. El ambiente y las conductas familiares son clave.
Ahora, si la opción es dejar al bebe en una sala cuna o guardería, éste debe ser excelente. Mientras mejor sea la calidad y el ambiente de la sala cuna, mejor será el desarrollo de las habilidades intelectuales y sociales del bebe. Es muy importante dedicar tiempo y esfuerzo para encontrar la mejor alternativa.
Los expertos recomiendan que siempre que los papás busquen una sala cuna o jardín infantil puedan pedir flexibilidad, que los procesos tienen que vivir ambos padres, entender y aceptar que para las mamás también es difícil separarse de los niños, sobre todo cuando son más pequeños y más aún cuando se trata del primogénito.
En general todas las guarderías o salas cunas tienen un periodo de adaptación que dura aproximadamente una semana, tiempo que muchas veces se hace corto, y es que cada niño y niña es diferente. Es importante consultar este aspecto antes de matricularlo, pues en algunos lugares estarán más abiertos que en otros a extender el período de adaptación.
Aspectos a considerar

La calidad del establecimiento favorece que aspectos preocupantes para los padres sean realmente bien manejados y el bebe que no tiene problemas en su casa sea también feliz en la sala cuna. Para esto y para la tranquilidad de los papás es fundamental saber qué pasa con:
El bebe: Está demostrado que aunque con pocos meses de vida, el bebe ya tiene características de personalidad propia.
Entre los cuatro y cinco meses los padres ya pueden tener una idea de cómo es el niño. En el fondo hay un desarrollo del carácter que es independiente al hecho de ir a no a la sala cuna. Entonces, un bebe que es relativamente tranquilo y se va con facilidad con otras personas, pasará feliz sus horas en un establecimiento adecuado. Además, según el estudio de Bethesda, desarrollará habilidades para el futuro.
La atención:
Si la cantidad de profesionales es adecuadamente proporcional a la cantidad de niños -lo recomendado es dos por cada seis u ocho menores- hay garantía suficiente para asegurar una oportuna atención. Se ha demostrado que frases como “deje llorar a la guagua, sólo es maña”, no son correctas. Según especialistas en conducta infantil, el niño llora porque algo le pasa, pide ayuda y ese llamado hay que atenderlo lo más rápido posible. Cuando nadie acude es probable que el bebe sienta desconfianza hacia sus cuidadores y desde los tres meses se ve cómo intentan calmarse ellas mismas. Son bebes que se agarran, se chupan el dedo, tienen problemas de sueño y saben que nadie las ayudará. Si la atención en la casa y en la sala cuna es inmediata no habrá problemas.
El ruido ambiente:
Errónea creencia es también, pensar que el ruido altera a los niños. Por el contrario, estudios han demostrado que las guaguas se calman con las voces. Es mucho mejor que un bebe esté siempre sintiendo ruidos a un bebe que vive en el silencio. Por esta razón el ruido ambiente propio del movimiento de una sala cuna está bien. El problema es que si son llantos tras llantos, volvemos al punto anterior: ¿hay una oportuna atención?.
El apego:
El apego implica contacto físico con la guagua. Es también contingencia, es decir, rapidez en responder a sus necesidades y finalmente es capacidad de comprensión, es decir, de ver lo que le pasa. El apego en todas sus letras da seguridad; por lo mismo, si el bebe lo ha vivido así durante sus primeros meses de vida, le dará la confianza para permanecer tranquilo en la sala cuna. El apego da seguridad a futuro.
En todo caso, trucos para prolongar la permanencia de los padres existen y muchos, por ejemplo, dejar prendas con su olor o, la mejor alternativa sin duda es la sala cuna ubicada en el mismo lugar de trabajo de la madre, pues así pueden tener contacto con su hijo constantemente.
Los contagios:
En estos lugares siempre es un riesgo la transmisión de agentes contagiosos. Sin embargo, con adecuadas y extremas medidas de higiene es posible reducirlos al máximo.